Cómo clonamos al mejor vendedor de la empresa usando Claude 3
Seamos honestos sobre la estructura de tu equipo comercial.
Probablemente se parezca mucho a una pirámide invertida de talento. Tienes a “El Crack” (esa persona que cierra el 40% de la facturación, que entiende la psicología del cliente y que sabe exactamente qué decir para desbloquear una objeción) y luego tienes al resto del equipo.
El resto son juniors o perfiles medios que pelean cada día, pican piedra, mandan cientos de correos y siguen el guion. Pero no tienen el “toque”.
El problema de escalar un departamento de ventas no es contratar más gente. El problema es que el talento es difícil de clonar. O lo era hasta hace poco.
En un proyecto reciente para un cliente B2B, nos plantearon este reto: “¿Podemos coger el cerebro de nuestro mejor vendedor, destilar sus tácticas y ponerle ese conocimiento en las manos a los nuevos fichajes?”.
La respuesta fue sí. Y no usamos magia, usamos ingeniería de datos, RAG (Retrieval-Augmented Generation) y Claude 3. Aquí te cuento cómo lo hicimos.
El problema: El “Cold Email” que huele a robot
La empresa tenía un dolor muy común: la tasa de apertura y respuesta de sus SDRs (los encargados de abrir puertas) estaba cayendo en picado.
¿La razón? Enviaban lo que todo el mundo envía:
“Hola [Nombre], espero que estés bien. Somos líderes en el sector X y ayudamos a empresas como la tuya a…”
Borrar. Spam. Nadie lee eso en 2025.
Sin embargo, el vendedor estrella no escribía eso. Él hacía algo que no escala: investigaba. Se leía el LinkedIn del prospecto, buscaba noticias recientes de su empresa y conectaba puntos:
“Hola Ana, vi que acabáis de abrir mercado en México. Me recordó a un problema de logística que tuvimos con [Cliente Similar] el año pasado y cómo lo resolvimos…”
Ese nivel de personalización requiere 20 minutos por correo. Un junior no tiene ese tiempo, ni a veces el criterio para conectar esos puntos. La empresa necesitaba automatizar la calidad, no solo la cantidad.
La Solución: Ingeniería inversa del éxito
No le pedimos a ChatGPT que “escribiera correos de ventas”. Eso hubiera generado textos genéricos y llenos de adjetivos vacíos (“innovador”, “disruptivo”, “integral”).
Hicimos ingeniería de software aplicada a ventas. El proceso constó de tres fases:
1. La Ingesta de Datos (El Cerebro)
Lo primero fue recopilar la “verdad”. No queríamos que la IA inventara, queríamos que imitara. Exportamos:
- Los últimos 50 hilos de correo exitosos del vendedor estrella.
- Transcripciones de sus mejores llamadas de descubrimiento (Discovery Calls).
- Documentación técnica del producto (precios, features, casos de uso).
2. Vectorización y RAG (La Memoria)
Aquí es donde entra la tecnología. No le dimos todos esos documentos a la IA de golpe. Creamos una Base de Datos Vectorial.
Imagina una biblioteca gigante donde cada fragmento de información está indexado por “significado”, no por palabras clave. Esto se llama RAG (Retrieval-Augmented Generation). Permite que, cuando queramos escribir un correo sobre “problemas de logística en México”, el sistema recupere exclusivamente los ejemplos reales que el vendedor estrella usó en el pasado para ese tema.
3. Claude 3 y el “System Prompt” (La Personalidad)
Elegimos Claude 3 Opus frente a GPT-4 para este caso por una razón sencilla: su capacidad de matiz y escritura “humana” es superior en tareas creativas.
Creamos un System Prompt (las instrucciones maestras) muy estricto:
“No eres un copywriter de marketing. Eres [Nombre del Vendedor]. Tu tono es directo, profesional pero cercano. Usas frases cortas. Nunca usas exclamaciones falsas. Nunca pides una reunión en el primer correo; tu objetivo es iniciar una conversación aportando valor. Basa tu respuesta ÚNICAMENTE en los datos de contexto recuperados.”
El Resultado: Un Exoesqueleto para los Junior
No despedimos a nadie. Al contrario, convertimos a los juniors en “super-humanos”.
Creamos una herramienta interna muy sencilla donde el vendedor introduce la URL de LinkedIn del prospecto y la web de su empresa.
El flujo que ocurre detrás del telón en segundos es este:
- Un agente de IA analiza al prospecto (qué le preocupa, qué publica).
- El sistema busca en la base de datos vectorial: “¿Cómo le ha hablado nuestro Vendedor Estrella a perfiles similares antes?”.
- Claude 3 redacta un borrador hiper-personalizado usando esa información y ese tono.
El vendedor junior recibe el borrador. No le da a “Enviar” a ciegas. Lo lee, quizás ajusta una frase personal, y dispara.
Los números hablan solos:
- Tiempo de redacción: Bajó de 15-20 minutos a 2 minutos por correo.
- Tasa de respuesta: Aumentó un 30% en el primer mes.
- Onboarding: Los nuevos empleados empezaron a generar reuniones cualificadas en su segunda semana, en lugar de en el tercer mes.
Conclusión: Automatización no es deshumanización
Muchos directores tienen miedo de meter IA en ventas porque no quieren sonar “robóticos”.
La ironía es que, bien implementada, la IA permite ser más humano a escala. Permite que cada interacción, cada correo y cada propuesta tenga la calidad, la empatía y la inteligencia de tu mejor recurso, en lugar de depender de si el becario tiene un mal día o está cansado un viernes por la tarde.
Esto no es futuro. Es ROI directo. Si tu equipo comercial sigue escribiendo correos desde una hoja en blanco o copiando y pegando plantillas de Word de 2018, estás perdiendo dinero cada minuto.
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